Iglesia Evangélica Bautista de Flores

Reflexiones

¡TODO ES IGUAL!… ¡NADA ES MEJOR!

Reflexiones breves de inicio de semana

Por Sergio Daniel López

martes 23 de agosto de 2022

El título de esta reflexión es una frase de Enrique Santos Discépolo, en la letra del célebre tango “Cambalache”. Allí, el poeta hace una referencia crítica a la decadencia de su época en términos de la pérdida de los valores éticos y morales diciendo: “Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor; ignorante, sabio, chorro; generoso o estafador. ¡Todo es igual!, ¡Nada es mejor!, lo mismo un burro que un gran profesor. No hay aplazados, ni escalafón; los inmorales nos han igualado…”

Fue escrito hace casi 90 años, pero sigue siendo igualmente actual. En nuestros días, ya no es adecuado o bien visto hablar del “bien” o del “mal”. Estamos inundados de una ideología de moda que nos dice que todo es relativo, y nada es cuestionable.

Existe una gran confusión respecto de lo que es la experiencia subjetiva de las personas y la necesidad de sostener valores éticos fundamentales. El bien y el mal no son cuestiones que puedan considerarse sólo en términos de la experiencia o percepción individual, sino que debemos asumir con coraje, responsabilidad y madurez una mirada trascendente que nos permita reconocer que cada cosa que hacemos produce un impacto particular y siempre tiene consecuencias “buenas” o “malas” en lo individual y lo colectivo.

Por ejemplo: alguien que desea y logra tener un celular de última generación estará muy feliz al tenerlo, y eso parece bueno. Pero sería una estupidez decir que esto “es bueno, o está bien” si esta persona tuvo que golpear, robar o matar a su dueño original para conseguirlo. Esto, probablemente es un ejemplo exagerado, pero de algún modo, hecha por tierra la idea de la inexistencia del bien o del mal, ¿no te parece?

Jean Paul Sartre, manifestaba la necesidad de asumir la libertad con responsabilidad, ya que cada acción que realizamos es también la elección de un tipo de mundo.

Estamos todo el tiempo reclamando mejores leyes, mejor justicia, mayor seguridad, ¿y decimos que el mal no existe?… justamente todo aquello de lo que queremos preservarnos y defendernos es de lo que la biblia denomina pecado.

Esta palabra tan “pasada de moda”, y cada vez más despreciada entre las personas, nos invita a que no nos confundamos creyendo que todo da igual, porque NO ES CIERTO.

Necesitamos ser capaces de ver el origen y las consecuencias del pecado en nosotros y nombrarlo tal como es, porque no es cierto que vivir en pecado carece de consecuencias; vivir en pecado es vivir lejos de Dios, en oscuridad y bajo condenación.

En Isaías 5:20, Dios nos advierte: ¡Ay de los que llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo! El gran desafío del cristiano es el de llamar a “las cosas por su nombre”, pero esto no tiene nada que ver con vivir juzgándonos y juzgando a los otros, sino con un ejercicio constante de amor.

En Mateo 22.37-40 encontramos que Jesús dijo: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente Este es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a este: Ama a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas.”

Vivir en la voluntad de Dios tiene que ver con el bien, y el bien se sintetiza en el amor: amar a Dios como Señor y amar a los demás como a nosotros mismos, de modo que podamos crecer y convivir en un modo más cercano al diseño original de Dios.

Te mando un abrazo.

Sergio.