Dios te conoce y te comprende:
Señor, tú me has examinado y me conoces; tú conoces todas mis acciones;
aun de lejos te das cuenta de lo que pienso. Sabes todas mis andanzas,
¡sabes todo lo que hago!
Aún no tengo la palabra en la lengua, y tú, Señor, ya la conoces.(Sal 139:1-4, DHH)
Orar es hablar con Dios. Dios está a una oración de distancia.
El Señor está cerca de los que lo invocan, de los que lo invocan con sinceridad.
Él cumple los deseos de los que lo honran; cuando le piden ayuda, los oye y los salva.(Salmos 145:18-19, DHH)
Es bueno interceder unos por otros para acompañarnos tanto en la alegría como en el dolor:
¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.
¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia para que oren por él, ungiéndolo con aceite en el nombre del Señor.
Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si ha cometido pecados, le serán perdonados.
Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.(Santiago 5:13-16, DHH)
Te invitamos a compartir el motivo de súplica o de acción de gracias con nosotros. Y si lo deseas, puedes participar del encuentro de oración cada miércoles a las 19hs. por zoom.