Los ‘Bautistas constituyen un movimiento espiritual’ y, en eso, lo más preciso que puede decirse es que son un pueblo cristiano, que acepta como única guía a la Biblia, la Palabra de Dios, para sus doctrinas, prácticas y conductas.
Así es como gran parte de sus enseñanzas básicas son compartidas por otros grupos cristianos. Hay un Dios que nos ha creado y que ha enviado a Su hijo Jesucristo al mundo para reconciliarnos con Él, ya que todos los seres les hemos vuelto la espalda con nuestra rebeldía.
La obra de Cristo ha sido completa por la cruz y por la resurrección, de modo que a los hombres sólo nos corresponde la entrega por fe de nuestra vida para que Dios la haga nueva y útil a los demás. Todo esto, por supuesto, lo enseña la Biblia. Podríamos agregar que algunos principios y prácticas, en su conjunto, caracterizan a los Bautistas.
Como Dios nos creó libres para decidir nuestro destino, aquí y en la eternidad, los Bautistas defienden como principio sagrado la libertad de conciencia para sí y para todos.
Eso los lleva a la separación de la Iglesia y el Estado, lo que naturalmente no significa un desmedro para las responsabilidades como ciudadanos y parte de la comunidad.
Todo esto se aplica también a las iglesias. No existe UNA IGLESIA BAUTISTA sino iglesias en cada ciudad, pueblo o barrio, que son autónomas: eligen su pastor, usan su dinero, etc. Nadie puede darles instrucciones. Pero a la vez debe existir la más estrecha cooperación en las necesidades mutuas, en la predicación del mensaje evangélico y en el cumplimiento de las obras de bien social. De este modo se incorporan a la vida común por el aporte personal y por la acción colectiva.
El profundo significado del bautismo hizo surgir el nombre tradicional ‘bautista’, que se ha mantenido, pues hubo quienes lo creyeron lo más importante. Como en los demás, éste es también el resultado de una decisión personal, prueba de una experiencia de quien ya puede decidir por sí y por lo tanto, no aplicable a infantes.
Al hacerlo, sumergiendo a una persona en el agua, se dramatiza simbólicamente ‘la muerte’, sepultando una vieja forma de vivir, y al salir del agua, ‘un nuevo nacimiento’, identificándonos con la resurrección de Cristo.
Por eso debemos subrayar lo inicial. Lo más importante es la libertad y responsabilidad de cada hombre delante de Dios y de esforzarnos para que todos sepan, de cerca, sobre el ofrecimiento divino: que Dios mandó a Su Hijo para darnos ‘Vida para la Vida’.
Que cada uno tome su decisión de aceptar a Cristo como Señor y Salvador es el mensaje básico que, en su profundidad y sencillez, predican los Bautistas.
El sistema de organización y gobierno de todas las Iglesias bautistas es congregacional, lo que otorga autonomía a las iglesias bautistas locales, dirigidas por pastores (formados en seminarios propios de esta denominación, teniendo anteriormente un llamado pastoral) la cual es avalada por toda la congregación o en su mayor parte por los miembros oficiales de la iglesia.
Las iglesias frecuentemente se asocian en organizaciones, asociaciones y convenciones. A su vez, muchas organizaciones nacionales forman parte de la Alianza Mundial Bautista.
En el mundo se calculan actualmente más de 170 millones de Bautistas, de los cuales 47 millones forman parte de iglesias de la Alianza Mundial Bautista. En América del Norte y Sur se concentran más de 40 millones aproximadamente.
Además de Estados Unidos, Canadá y Europa, hay grandes congregaciones de bautistas en Asia, África y Latinoamérica, así como en la India, Nigeria, la República Democrática del Congo y Brasil, entre otros.
En países como China hay un número indeterminado de bautistas ‘ocultos’ y no alineados con la Iglesia oficial impuesta por el partido comunista.