Iglesia Evangélica Bautista de Flores

Reflexiones

PROBLEMAS COMO MONTAÑAS

Reflexiones breves de inicio de semana

Por Sergio Daniel López

lunes 27 de junio de 2022

Hay algunos momentos en la vida en que parece que “todo marcha bien”.

No podría afirmar que todas las personas los conocen, pero son esos tiempos en los que nos parece que hay gran calma, las cosas están estables, nada es demasiado complicado o estresante.

No tenemos grandes dificultades económicas, estamos bien de salud, las relaciones familiares o significativas están en cierta armonía, etc. En esas etapas nos sentimos felices, seguros y confiados, y al no tener mucho registro de necesidad, hasta podemos llegar a posicionarnos en cierta soberbia por la sensación de que nosotros podemos con todo.

Sin embargo, hay otros momentos en los que las circunstancias se hacen mucho más difíciles y hostiles, ya sea por un suceso específico que se nos impone cambiando radicalmente nuestra realidad, o bien, como un conjunto de situaciones negativas que aparecen una tras otra y van generando una especie de obstáculo infranqueable que no nos permite ver, con cierto grado de esperanza y optimismo, más allá de ellas, tal como si fueran paredones… o montañas en nuestro camino.

Supongo que algo de esto último subyace en la experiencia que vivía el compositor del Salmo 121 y que dice: “Al contemplar las montañas me pregunto: ‘¿De dónde vendrá mi ayuda?’ Mi ayuda vendrá del Señor, creador del cielo y de la tierra. ¡Nunca permitirá que resbales! ¡Nunca se dormirá el que te cuida! No, él nunca duerme; nunca duerme el que cuida de Israel. El Señor es quien te cuida; el Señor es quien te protege, quien está junto a ti para ayudarte. El sol no te hará daño de día, ni la luna de noche. El Señor te protege de todo peligro; él protege tu vida. El Señor te protege en todos tus caminos, ahora y siempre.”

No puedo afirmar qué tipo de montañas estaba viendo el salmista al escribir este salmo, pero indudablemente no se trataba de la mera contemplación de la montaña como lo hacemos al admirar un paisaje.

Es muy claro que en este salmo no se expresan frases de reconocimiento de la belleza de la naturaleza, ni referencias puntuales de alabanza y adoración destinada al Creador (como sí aparecen en otros salmos), sino que lo que se pronuncia es una declaración acerca de la insuficiencia del autor para hacer frente a las circunstancias, y también de su fe respecto de la presencia, el cuidado, la compañía y la protección de Dios para quienes buscan de su auxilio. Esto es lo que lo hace preguntarse y responderse: «¿De dónde vendrá mi ayuda? Mi ayuda vendrá del Señor, creador del cielo y de la tierra.»

Desconozco el tipo de experiencia que estás viviendo particularmente vos en este momento. Pero si te tocó lidiar con una “circunstancia que parece una montaña” o tenés que afrontar una “montaña de problemas”, te aliento a clamar al Señor por ayuda y confiar en sus promesas de sostén (¡Nunca permitirá que resbales!), atención permanente (“¡Nunca se dormirá el que te cuida!”), cuidado (“el Señor es quien te cuida”), protección (“el Señor es quien te protege”), compañía (“quien está junto a ti”), sin que importe el tamaño de tus circunstancias (“El sol no te hará daño de día, ni la luna de noche”), y de modo permanente! (“ahora y siempre”).

Que en esta semana podamos mirar cada montaña que tengamos delante de nosotros y afirmar: MI AYUDA VIENE DEL SEÑOR.

Te mando un fuerte abrazo.

Sergio