Iglesia Evangélica Bautista de Flores

Reflexiones

MERITOCRACIA O MISERICORDIA

Reflexiones breves de inicio de semana

Por Sergio Daniel López

lunes 4 de octubre de 2021

Siempre sentí algún rechazo por las expresiones que subrayan que los logros de alguien son consecuencia «solo de sus propios méritos personales». El tipo de pensamiento de estilo “meritocrático”, no solo me parece desconsiderado e insensible respecto de algunas realidades personales, sino que en ocasiones me parece una aberración.

Sin embargo, durante esta semana pasada tuve una experiencia que, si bien no me llena de orgullo, me puso frente a un aprendizaje muy profundo acerca de mí mismo.

Sucedió que me encontré sin poder concretar en los términos en que yo lo deseaba, un proyecto muy valioso para mí. A raíz de esto, me encontré sumergido en un sentimiento doloroso de frustración que me llevo a involucrarme en un circuito enmarañado de pensamientos que terminaban siempre en la idea de que “eso” había sido injusto, que “yo me lo merecía”, que “había hecho todo lo debido, y aún más”, para lograrlo… 

Casi sin poder frenar mi caída, me encontré cuestionando a Dios (igual que un niño encaprichado) reclamándole por no haber actuado para que “eso” se diera a mi favor.

Confieso que tengo mucho temor de usar expresiones del estilo “Dios me dijo…”, pero hubo un momento clave en el que mientras le expresaba a Dios mi descontento y hasta le reprochaba por no haberme dado “eso que yo creía merecer” sentí, casi de modo audible, una voz en mi interior diciéndome: “¿DE VERDAD CREÉS QUE TE DÍ POCO?”

Tal vez creas que estaba delirando, pero así fue como lo experimenté, y a pesar de saber que Dios podía comprender mi frustración, realmente me sentí avergonzado por mi actitud. Mi reclamo “meritocrático” se derrumbó, y fui nuevamente conmovido por la gran misericordia de Dios.

Me acordé de un hombre cuya historia se relata en la Biblia. No conocemos su nombre, pero sabemos que era jefe de un escuadrón de soldados romanos. Esta persona tenía entre su servidumbre un hombre muy valioso para él, que estaba muy enfermo. Sabiendo que Jesús estaba en su región, pidió a algunos de los ancianos judíos que intercedan ante él para que sane a su siervo enfermo; y ellos fueron ante Jesús “Cuando llegaron ante Jesús, le rogaron con insistencia: –Este hombre merece que le concedas lo que te pide: aprecia tanto a nuestra nación, que nos ha construido una sinagoga Así que Jesús fue con ellos. No estaba lejos de la casa cuando el centurión mandó unos amigos a decirle: –Señor, no te tomes tanta molestia, pues no merezco que entres bajo mi techo. Por eso ni siquiera me atreví a presentarme ante ti. Pero con una sola palabra que digas, quedará sano mi siervo» (S.Lucas 7:4-6)

¡Que tremendo contraste!!!… los ancianos pedían un milagro a Jesús debido a los merecimientos de este hombre, por sus virtudes y acciones (“aprecia tanto a nuestra nación, que nos ha construido una sinagoga” –vs.4), pero él mismo, sabiéndose indigno, le pedía a Jesús sólo confiando en su poder y esperando en su misericordia (v.6-7). El final de la historia podes encontrarlo en S. Lucas 7:1-10

Tal vez estés viviendo situaciones que te desagradan, que traen dolor a tu vida, que creas que deberían ser de otra manera… probablemente te encuentres en algunas ocasiones, tal como yo, reclamando desde la perspectiva de tus propios merecimientos, pero es necesario que recordemos que Dios está comprometido con nosotros dándonos muchísimo más de lo que merecemos. “Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados!”(Efesios 2:4-5).

Que nuestras oraciones en esta semana puedan surgir desde la perspectiva que tenía el profeta Daniel quien clamaba a Dios diciendo: “Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestras desolaciones,(…); porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias.”_(Daniel 9:18)

Te mando un fuerte abrazo.

Sergio Daniel López