Iglesia Evangélica Bautista de Flores

Reflexiones

LO QUE PARECE IMPOSIBLE…

Reflexiones breves de inicio de semana

Por Sergio Daniel López

lunes 18 de abril de 2022

Muchas veces nos encontramos con circunstancias que por su complejidad nos parecen imposibles de ser superadas. Me refiero a esos problemas que han puesto en evidencia la escasez o la ineficacia de nuestros propios recursos… ¿viviste este tipo de experiencia alguna vez?

Generalmente miramos este tipo de situaciones como algo imposible y por eso llegamos a renunciar a toda esperanza de solución. Solemos decir: “esto no tiene remedio”, “esto es imposible”, “yo no podré lograrlo” o peor aún, “yo no sirvo para esto”. En estos escenarios, generalmente sufrimos por visualizar las circunstancias como algo gigantesco, y también de pensar acerca de nosotros como incapaces, inútiles o insignificantes.

Volví a recordar en estos días una escena en la vida de Jesús muy llamativa, y que se encuentra relatada en los cuatro evangelios (no hay muchos acontecimientos que los cuatro evangelios mencionen, pero éste sí es uno de ellos). Me animo a pensar que el motivo de esta coincidencia es que esta escena debe haber sido tan impactante que nadie podía dejar de contarla.  

Resulta que Jesús era seguido por una gran cantidad de personas que querían escucharlo y conocer más acerca de él porque habían visto las señales milagrosas que hacía sanando a los enfermos. Pero en un momento, estaba junto a sus discípulos en las afueras de la ciudad y lo siguieron más de 5.000 personas. ¿Te lo podes imaginar?

La cuestión es que atardecía, y la gente estaba sin comer, por lo que los discípulos se preocuparon y le pedían a Jesús que despidiera a todos para que vuelvan a sus casas o que vayan a los pueblos a conseguirse comida. Sin embargo, Jesús les dice a los discípulos: “No tienen que irse. Denles ustedes de comer” (S. Mateo 14:16).

Nosotros diríamos: ¡eso es una locura, un imposible!, ¿de dónde sacarían los recursos para comprar comida para más de 5.000 personas? Sin embargo, “Andrés, que era hermano de Simón Pedro, y que también era discípulo, le dijo a Jesús: Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados. Pero eso no alcanzará para repartirlo entre todos. Jesús les dijo a sus discípulos que sentaran a la gente. Había allí unos cinco mil hombres, y todos se sentaron sobre la hierba. Jesús, entonces, tomó los panes en sus manos y oró para dar gracias a Dios. Después, los repartió entre toda la gente, e hizo lo mismo con los pescados. Todos comieron cuanto quisieron. Una vez que todos comieron y quedaron satisfechos, Jesús les dijo a sus discípulos: Recojan lo que sobró, para que no se desperdicie nada. Ellos obedecieron, y con lo que sobró llenaron doce canastos.”

Esta historia nos revela la gran diferencia que podemos experimentar cuando evaluamos o enfrentamos las circunstancias a partir de nuestros limitados recursos, a cuando lo hacemos teniendo en cuenta el poder ilimitado de Dios.

Cada cosa que vivimos es un espacio propicio para la acción cooperativa de Dios en nosotros, y cuando lo dejamos ser parte en nuestra vida, las circunstancias que nos parecían gigantescas o imposibles serán superadas por su accionar poderoso.

Al mismo tiempo, nuestros recursos limitados (solo 5 panes y dos peces) podrán transformarse en instrumentos adecuados para producir frutos extraordinarios en las manos de Dios.

Deseo que ésta sea nuestra experiencia real en esta semana.

Te mando un fuerte abrazo.

SERGIO