Iglesia Evangélica Bautista de Flores

Reflexiones

¿EN QUÉ PODEMOS INVERTIR?

Reflexiones breves de inicio de semana

Por Sergio Daniel López

lunes 4 de julio de 2022

Este fin de semana tuve varias charlas en las que algunas personas manifestaban su preocupación por la situación de la economía actual, especialmente en la Argentina, pero también en el resto del mundo.

Hay en casi todas las regiones un acelerado crecimiento de los conflictos sociales, políticos y económicos. A las persecuciones raciales, las luchas ideológicas con grietas cada vez más insalvables, la corrupción política, la falta de justicia, los problemas de la inmigración, la crisis general de valores éticos, etc., se le han agregado los estragos que dejó la pandemia, y como si fuera poco, la guerra en Ucrania.

Todo esto tiene consecuencias que aún son imposibles de imaginar y mensurar, y por supuesto generan inquietud, preocupación y desaliento. Los bancos resultan ser poco confiables, las bolsas de valores de todo el mundo parecen estar más volátiles que nunca, las criptomonedas han perdido credibilidad, y muchos se preguntan: ¿qué hacer para que el dinero alcance, poder ahorrar, o para invertirlo de la mejor manera? Pero quisiera ampliar el tema… porque al hablar de “invertir” no solo nos referimos al dinero.

Cada día estamos invirtiendo en diferentes objetivos y de diversas maneras. Invertimos en tiempo, invertimos en afecto, invertimos en proyectos, invertimos en esfuerzos, etc., y lo hacemos siempre con el objetivo de que traiga algún beneficio, genere un tipo de renta apropiado, es decir, que nos traiga un resultado favorable y mejore nuestra vida de algún modo.

El problema en cuestión es que, algunas veces podemos invertir y perder; y aún podríamos invertir y ganar, pero jamás disfrutar de los frutos de la inversión hecha.

En una ocasión, Jesús estaba ante una multitud de personas y contó la siguiente historia (podés encontrarla en el evangelio de Lucas 12.16-21): “Un hombre rico tenía un campo fértil que producía buenas cosechas. Se dijo a sí mismo: ‘¿Qué debo hacer? No tengo lugar para almacenar todas mis cosechas’. Entonces pensó: ‘Ya sé. Tiraré abajo mis graneros y construiré unos más grandes. Así tendré lugar suficiente para almacenar todo mi trigo y mis otros bienes. Luego me pondré cómodo y me diré a mí mismo: Amigo mío, tienes almacenado para muchos años. ¡Relájate! ¡Come y bebe y diviértete!’. Pero Dios le dijo: ‘¡Necio! Vas a morir esta misma noche. ¿Y quién se quedará con todo aquello por lo que has trabajado?’ Así es el que almacena riquezas terrenales, pero no es rico en su relación con Dios, es un necio”

No se trata de no ocuparnos en invertir en nada aquí, sino en que nuestras inversiones no nos distraigan y se nos impongan de tal modo que lleguemos a ser como los necios, descuidando la inversión en nuestra relación con Dios, que es lo que verdaderamente traerá frutos seguros y eternos.

Dice Jesús: “Almacena tus tesoros en el cielo, donde las polillas y el óxido no pueden destruir, y los ladrones no entran a robar.” (Mateo 6.20)

Te mando un fuerte abrazo.

Sergio