Reflexiones
EL PELIGRO DE «PROYECTAR»
Reflexiones breves de inicio de semana
Por Sergio Daniel López
Es muy posible que la sola lectura del título de esta reflexión ya te haga pensar que lo que viene a continuación podría ser un absurdo…
¿Cuál puede ser el peligro de proyectar??? De hecho, la palabra “proyecto” (latín pro –lanzar- y iectus -hacia adelante) está fuertemente vinculada a lo que representa “existir” y ser persona. Cada momento de nuestra vida estamos lanzados hacia afuera, hacia adelante, y esto es cualidad básica de la experiencia vital saludable.
Pero también la palabra “proyección” se utiliza para denominar uno de los más comunes mecanismos defensivos psicológicos. La «proyección» es un mecanismo inconsciente que se utiliza con mucha frecuencia, y consiste en atribuirle a otra persona aquello que es de nosotros mismos. Es un modo de evitar hacer contacto con nosotros mismos y reconocernos tal como somos, porque nos ofrece el camino rápido y fácil de proyectarlo (lanzarlo hacia afuera) y adjudicarlo a los demás.
Cuando somos incapaces de gestionar adecuadamente las emociones, o de enfrentar nuestros propios conflictos, o de asumir nuestros propios errores, los volcamos sobre los demás en forma de críticas y dinámicas que, generalmente, resultan dañinas para los otros (porque los lastimamos con nuestra conducta), para nosotros mismos (porque nos deja en un lugar de ignorancia respecto de quiénes somos) y para las relaciones (porque las personas se alejan de nosotros).
Jesús nos advierte severamente acerca de los peligros de “proyectar”. Podemos leerlo en S. Mateo 7.1-5 (NVI): “No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes. Porque tal como juzguen se les juzgará, y con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes. ¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le das importancia a la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: ‘¿Déjame sacarte la astilla del ojo’, cuando ahí tienes una viga en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano.”
Obviamente que juzgar a los demás, señalar defectos, hacer críticas, es mucho más fácil que enfrentarnos al dolor de encontrarnos con nuestras debilidades, nuestra incompletud, nuestras propias miserias, pero este es un camino de inconciencia acerca de nosotros mismos que también nos perjudica en nuestra relación con Dios, porque él sí conoce verdaderamente lo que somos, y sabe acerca de las vigas que tenemos en nuestros propios ojos. Sin embargo, fíjate que Jesús no critica nuestra imperfección, sino nuestra distractiva manera de vivir, sin mirarnos demasiado a nosotros mismos, la cual denomina sin rodeos como hipocresía.
David, en el Salmo 139. 23 y 24 hace una oración que hoy te invito que hagamos juntos. Dice: “Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos. Fíjate si voy por mal camino, y guíame por el camino eterno.”
En esta semana, podemos comenzar con un nuevo modo de vivir fundado en el compromiso de liberar a las demás personas de nuestros implacables juicios, hacer el ejercicio cotidiano de mirarnos a nosotros mismos para reconocer nuestras propias debilidades y disponernos a buscar la ayuda de Dios para poder ser transformados.
Te mando un fuerte abrazo.
Sergio