Reflexiones
¿CUÁNTO PESA TU CARGA?
Reflexiones breves de inicio de semana
Por Sergio Daniel López
Todos llevamos algún tipo de “carga” en algún momento, y hay “cargas” de diferentes cualidades.
La metáfora de las “cargas” es utilizada universalmente aplicada a la experiencia humana. Decimos que alguien “tiene un gran peso sobre sus hombros” cuando nos referimos a personas que vemos con muchas responsabilidades, o que “tienen una gran carga” cuando están atravesando situaciones difíciles, etc.
Es bastante obvio que el hecho de llevar “cargas” conlleva siempre un tipo de cansancio y desgaste de energía que debe ser restaurada para poder seguir adelante.
Al finalizar cada día podemos tomar registro del cansancio que se acumula como consecuencia de nuestras actividades cotidianas y el desgaste natural de energía que éstas producen, pero también hay un tipo de cansancio que reconocemos claramente como resultado de la dimensión emocional (no física) de la experiencia, y que también consume nuestra energía y claramente se siente corporalmente “pesada”.
Para las primeras, una buena siesta, un buen descanso nocturno, o unas vacaciones suelen ser totalmente eficaces. Pero para las segundas, muchas veces parece no haber remedio.
Son cargas que están allí constantemente pesando sobre nosotros. Puede ser una enfermedad que no tiene cura, un duelo que no se termina de asimilar, una relación que no logramos mejorar, una necesidad insatisfecha, o simplemente un estado producido por el rencor, la falta de perdón, la culpa, etc., que sostenemos desde hace mucho tiempo y de las que no logramos despegarnos.
En una oportunidad, un maestro tomó un vaso que tenía agua hasta la mitad, y extendiendo su brazo lo mostró a sus estudiantes. Obviamente que todos esperaban que el maestro preguntara lo típico: ‘¿este vaso está medio lleno o medio vacío?’ Sin embargo, la pregunta fue otra: ‘¿Cuánto dicen que pesa este vaso?’ De a poco los alumnos comenzaron a responder: 200 gramos, 300 gramos, medio kilo…, pero el maestro respondió: ‘El peso total no es lo importante. Lo importante es quién lo sostiene, y por cuánto tiempo. Un bebé no podría sostenerlo… y un adulto, que sí puede sostenerlo, tal vez sienta muy poco peso en el primer minuto. Pero si lo sostiene durante varias horas es probable que comience a sentir un gran dolor en el brazo, los hombros y la espalda. El peso del vaso no cambió nunca, pero cuanto más tiempo lo sostenemos, se vuelve más pesado y difícil de soportar.’
Así también sucede con nuestras “cargas”, porque realmente las circunstancias son más o menos pesadas según cómo las enfrentamos, del mismo modo que nuestra vida realmente puede ser más o menos liviana según la manera en que la vivimos. Por esto es importante la respuesta que el maestro de la historia le dio a sus alumnos: ‘Lo importante es quién lo sostiene, y por cuánto tiempo.’
Hay una propuesta muy interesante de David en el Salmo 55.22. Él escribe: “Entrégale tus cargas al Señor, y él cuidará de ti, y Jesús mismo refuerza esta propuesta con su invitación personal: “Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso.” (S. Mateo 11:28)
Me animo a preguntarte: ¿Cuánto pesa tu carga?, y ¿Cuánto hace que la estás sosteniendo solo?…
Tal vez hoy mismo te sientas sobrecargado…
Si la situación actual de tu vida ya se transformó en algo demasiado desgastante y te parece insostenible, Jesús te invita a depositar tus cargas en él, sin demorar, sin retener.
Tal vez ya sea tiempo de dejar de sostener el peso que estás llevando, y que cualquiera sea la circunstancia por la que estás atravesando, tu entrega al Señor pueda traerte el cuidado y el descanso que solo él puede darte.
Te mando un fuerte abrazo.
Sergio.