Iglesia Evangélica Bautista de Flores

Reflexiones

AUTOCONCIENCIA PARA EL CORAZÓN HERIDO

Reflexiones breves de inicio de semana

Por Sergio Daniel López

lunes 29 de agosto de 2022

A lo largo de nuestra vida, todos fuimos sumando experiencias en las que algunas necesidades personales quedaron insatisfechas.

Muchas de ellas, han sido cubiertas y reparadas a lo largo del tiempo, pero otras podrían ser heridas que aun hoy reclaman por ser sanadas; y aunque son de otros lugares y otros tiempos, continúan demandando acciones reparadoras. Las conductas surgidas impulsivamente para atender estas necesidades son, por lo general, desviadas.

Por ejemplo: una persona podría encender un cigarrillo cada vez que su necesidad insatisfecha de afecto se hace oír. No es que necesita fumar, sino que fuma porque eso anula el dolor por la conciencia de carencia afectiva.

La conducta de fumar es funcional, aunque no es asertiva ni saludable. Por esto es fundamental accionar y ejercitar la auto conciencia, por medio de la cuál accedemos a «tomar registro” acerca de lo que nos pasa, de lo que sentimos, de lo que necesitamos, de lo que pensamos, y de lo que hacemos, y ejercer nuestra libertad (más allá de nuestros impulsos primitivos o instintivos) actuando en coherencia con nuestros valores, metas y sentidos personales.

Lamentablemente, el ejercicio de la autoconciencia es algo que muchas veces desatendemos, y al actuar por impulso, en apuro, desde las urgencias, comenzamos a andar “perdidos de nosotros mismos”. Con poca auto conciencia (o una auto conciencia poco profunda) nuestras conductas nunca terminan sirviendo a nuestras verdaderas necesidades y sólo traen destrucción o insatisfacción.

El evangelio de Mateo nos relata que Jesús dijo: “Pues del corazón salen los malos pensamientos, el asesinato, el adulterio, toda inmoralidad sexual, el robo, la mentira y la calumnia.” (Mateo 15.19). Jesucristo mismo es quien está hablando en este texto y nos dice que el “interior del hombre” es el que está enfermo, y desde esa interioridad dañada, surgen pensamientos dañinos, infidelidades, pasiones desordenadas, codicia, mentira, odio, desunión, guerras, etc.

Para Jesús el problema no tiene que ver con lo que viene del “afuera” a contaminarnos, sino con el “adentro” contaminado desde donde hacemos hacia afuera. Por eso la importancia del ejercicio constante de auto conciencia.

Nos falta preguntarnos más seguido y de manera más honesta: “¿Qué es en realidad lo que nos pasa?, ¿Cuáles son mis verdaderos sentimientos y mis reales necesidades?”, y darnos el suficiente tiempo como para dejar de mirar hacia las circunstancias y los otros (a los que siempre culpamos de nuestras propias miserias) para reconocernos a nosotros mismos. Sólo en este ejercicio profundo y honesto, podemos descubrir acerca de cuál es el verdadero daño de nuestro corazón.

En un momento muy especial de su vida, el rey David tuvo que pararse a reflexionar muy profundamente acerca de sí mismo y allí, elevó una muy sentida oración diciendo: “Crea en mí, oh, Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu fiel dentro de mí. No me expulses de tu presencia y no me quites tu Espíritu Santo. Restaura en mí la alegría de tu salvación y haz que esté dispuesto a obedecerte. Entonces enseñaré a los rebeldes tus caminos, y ellos se volverán a ti. Perdóname por derramar sangre, oh, Dios que salva; entonces con alegría cantaré de tu perdón. Desata mis labios, oh, Señor, para que mi boca pueda alabarte.” (Salmo 51.10-15).

Yo no sé cómo está tu interioridad hoy, pero te invito a que nos unamos y nos apropiemos cada día de la oración de David, quien se puso en las manos de Dios, el mayor especialista en sanar las heridas del corazón.

Te mando un fuerte abrazo.

SERGIO