Reflexiones
2022… UN AÑO PARA “VOLAR ALTO”
Reflexiones breves de inicio de semana
Por Sergio Daniel López
La metáfora de “volar alto” es usada en sentidos diferentes. Algunas veces es utilizada como una manera sutil de juicio (obviamente con trasfondo negativo) pues se considera que ciertas ideas o proyectos son demasiado ambiciosos o ingenuos. -Ahhhh, vos sí que ‘volás alto’…- es una manera liviana de decir: “Dejá de volar, no seas infantil y poné los pies sobre la tierra”. Si bien algunas veces podríamos encaminarnos hacia metas inalcanzables, también es cierto que este tipo de pensamiento es desalentador, limitante de nuestra capacidad de proyectarnos, y podría dejarnos en un estado de mediocre conformismo.
En otros casos, “volar alto” se utiliza como descripción de un nuevo escenario que se le presenta a alguien a partir de algún tipo de logro personal. Por ejemplo: “Fernando fue nuevamente ascendido en su trabajo, ahora ‘vuela alto’.” En este caso, el foco está direccionado hacia un tipo de estado al cuál sólo algunos pocos pueden acceder, como si “volar alto” fuera una experiencia a la que no todos deberían aspirar.
Es maravilloso ver que la expresión de “volar alto” también podemos encontrarla en la Biblia, pero no como algo ligado a la ingenuidad o la fantasía, ni tampoco en referencia a algún tipo de estado especial que resulta de un logro personal de algunos pocos, sino como consecuencia de la experiencia genuina de fe que cada uno de nosotros puede alcanzar.
Dice en Isaías 40:30-31, “Hasta los jóvenes se debilitan y se cansan, y los hombres jóvenes caen exhaustos. En cambio, los que confían en el SEÑOR encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán.”
Es posible que las complejas realidades que cada uno de nosotros (jóvenes, adultos, ancianos) hemos vivido a lo largo de este año nos hayan debilitado. Probablemente te sientas desanimado, limitado en tu capacidad de soñar.
Tal vez estés terminando el 2021 cansado, exhausto, harto, y que lo último que se te ocurriría es creer que existe la posibilidad de “volar alto”.
Sin embargo, “volar alto” es una experiencia que está disponible para todos y puede ser vivida a partir de ahora; que no es dependiente de las circunstancias ni de tus propios logros personales porque está fundada en Dios y nuestra confianza en él. Cuando depositamos realmente nuestra confianza en Dios, nuestras cargas se alivianan, nuestras fuerzas se renuevan y nuestra experiencia comienza a ser la del “vuelo alto” que no se detiene ante nada.
Deseo para vos (y también para mí) que este 2022 que vamos a comenzar se caracterice, no por la ausencia de adversidades, sino por la potencia renovada en cada uno de nosotros a partir de la experiencia de confiar plenamente en Dios.
Te mando un fuerte abrazo.
Sergio Daniel López